RESEÑA: THE AGONIST/ THE EYE OF PROVIDENCE (2015)


The Agonist es una banda que se ha caracterizado por balancearse en la delgada linea entre el melodeath y el metalcore. Sus primeros 3 albumes amasaron un decente número de seguidores que les permitió hacer giras a lo largo de su país natal, USA y México. El año pasado la salida de Alissa White-Gluz de la agrupación irónicamente fue el empujón que les otorgó atención mediática y mientras Arch Enemy empezó a promocionarse con su nuevo larga duración, War Eternal, los canadienses llenaron la vacante de la atractiva ex-vocalista con una nueva, igual de atractiva pero más joven.

Vicky Psarakis prontamente empezó a aparecer en vivo con el resto de la banda, interpretando temas que en otrora eran ejecutados por Alissa, en fin, dándose a conocer en los medios metaleros más inmediatos. No pasó mucho hasta que apareció el primer videoclip, Gates of Horn And Ivory, que mostró oficalmente al mundo a Vicky como miembro estable de The Agonist y nuevo material procedente de un nuevo álbum. Obra que vio la luz el pasado 24 de febrero a nivel mundial.


The Eye Of Providence es el cuarto álbum de la agrupación y el primero con Vicky en las vocales. En lo particular concibo a THE AGONIST como una banda que adapta las habilidades de sus músicos  a la personalidad de sus cantantes, en el caso de White-Gluzz, los 3 primeros álbumes de la banda son una expresión de su emocionalidad, desde la postura gráfica, en la cual encontramos un tendencia oscura ejemplificadas perfectamente a través de las portadas. Veamos la portada del  Ojo De La Providencia, es una portada que invita a la luz, a tonalidades más claras, que empatan con la estética de su front-woman Psarakis. Eso en la parte estética, en la parte musical escuché a un Psarakis que toma mucha influencia de la época de Anekee, cuando formaba parte The Gathering, en cuanto a sus vocales claras, en vocales guturales, no se destaca. Todo lo contrario con Alissa, que hace un intento de versatilidad gutural en los 3 primeros álbumes de la banda, algo que Michael Amott no permitió al parecer con su banda Arch Enemy.

 Instrumentalmente se despojan totalmente del metalcore y apuestan por el riffs de melodeath que en su mayor parte no presentan nada nuevo. La presencia del bajo es parcialmente perceptible, hay que hacer un esfuerzo extra para llegar a apreciar la ejecución del instrumento que, para ser justo, tiene buenos arreglos a lo largo de los tracks, infortunadamente no es posible apreciarlos de entrada. Ahí tenemos un factor en contra ya que en ese departamento el álbum resta de riqueza musical. 

Sin embargo la falta de breakdowns en las composiciones de la mano con el canto limpio de Vicky logran un planteamiento interesante, el desempeño del señor Simon Mckay en la batería junto a las vocales limpias de Psarakis son los elementos más creativos, dinámicos y mejor logrados del álbum, entonces por ese lado es rescatable el The Eye Of Providence como obra fonográfica. 

También cabe destacar que como banda, los canadienses, se arriesgaron a proponer algo diferente con este 4to título, que en el balance general muestra los aspectos que deberían mejorar en su siguiente material y otros que son simplemente muy destacables, que si son pulidos en un futuro, tendríamos a una de las bandas más vanguardistas en melodeath en los años venideros.

Al fin de cuentas un trabajo, bueno, disfrutable si nos enfocamos el la voz y la batería que son los aspectos mejor logrados del mismo. El álbum corre sin ninguna dificultad de principio a fin dejando en el escucha una experiencia auditiva muy agradable y dejando con la expectativa con su próximo trabajo.


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