Reseña del último lanzamiento de los californianos bajo el nombre de "Lo que no debe ser desenterrado"
What Should Not Be Unearthed
Nile es una de esas bandas únicas en el mundo, ya que ha logrado establecer un sonido propio en el Death Metal, así como toda una ambientación y contenido lírico en base a su pasión por la cultura egipcia. Agosto de 2015 fue la fecha indicada para dar a conocer al mundo su octava creación discográfica.
No he escuchado con mucho detenimiento los dos últimos trabajos de los americanos, pero éste me recuerda a sus clásicas obras como In Their Darkened Shrines, con una brutalidad y tecnicismo enorme. Los blast beats, remates técnicos y cambios de ritmo están a la orden del día, así como las escalas de guitarra de arriba hacia abajo, ejecutadas en palm mute. La ambientación ahora, como no podía ser de otra forma, toma lugar en las oscuras leyendas del antiguo egipto y los escritos prohibidos sobre cuestiones esotéricas, no muertos y magia negra.
Algo que me llamó la atención en este álbum fue en el apartado vocal. Nile se ha caracterizado siempre por incorporar dos vocalistas en sus temas, uno de ellos (Sanders) predomina con una voz gutural más grave, mientras que el otro (Toller) en segundo plano con una voz más rasposa y entendible. En este disco la voz de Toller gana más protagonismo, lo que deriva en un apartado vocal mucho más digerible para el escucha.
Por lo demás no hay mucho que decir. Nile sigue aplicando su fórmula que tanto éxito le ha dado en el metal underground, con un Death Metal técnico y brutal que a los seguidores del género va a gustar. 10 temas cargados de poder, con uno que otro momento instrumental y algún arreglo con melodías tradicionales de la cultura africana.