Algunas veces mi conciencia moral me recrimina el hecho de hacer reseñas de bandas del exterior y obviar la gran producción que se lleva a cabo en nuestras tierras, hasta el punto de llegar a la conclusión, independientemente de que me guste la agrupación, de que si analizo por ejemplo a una banda de renombre como CYNIC es porque, esa “marca CYNIC” atrae, al blog, gente que gusta de la banda, lo que representa promoción para la página, más visitas etc. Y por otro lado la razón egoísta, que de una u otra manera quiero que la gente sepa que escucho CYNIC.
Todo bloguero que hace análisis y
reseñas sabe esto, que no lo admitan es otra cosa.
Por eso me parece más necesario
reseñar a una agrupación guayaca como BLACKDUST, que volver reseñar a CYNIC,
¿por qué? Por qué CYNIC es una banda realizada, conocida, aclamada que no
necesita que un blog de metal ecuatoriano promocione su material.
Para mí en este espacio tiene más
validez analizar una producción como la de los BLACKDUST, porque el metalero
latino-americano produce música prácticamente por amor al arte. Y eso es digno
de respeto y de apoyo. Por eso prefiero dedicarle el poco tiempo que tengo
libre a escuchar y escribir acerca de la impresión que me causó este grupo coterráneo.
BLACKDUST es una banda de death
metal, blasfemo, cavernoso y vieja escuela proveniente de la Perla del
Pacífico, cuyas mayores influencias son Morbid Angel y Deicide, algo que se
nota a leguas en esta producción, pero ojo no es que imiten el sonido de las
clásicas bandas de Florida. No, los BLACKDUST abordan las ideas principales que
transmiten obras como Blessed Are The
Sick o el Amon Feasting The Beast
y le ponen su propio sello que gira alrededor de la identidad nacional, ese es
el toque extra que más disfruto de esta producción. “Somos guerreros huancavilcas” reza el intro de esta muy buena
producción guayaca y bueno… después de eso sólo nos queda devastación, odio y
herejías de lo que resta de esta obra.
BLACKDUST con este disco comunica
a la audiencia que, como músicos, tienen una idea muy clara de lo que están
haciendo en cuanto a composición, ejecución y producción: Death Metal
Huancavilca. El larga duración tiene ese sonido añejo de ultratumba, muy
apegado a la idea primigenia del objetivo del death metal: INTIMIDAR, ASUSTAR,
CAUSAR MALESTAR, AHUEVAR como diríamos los guayacos. Y las letras sólo
confirman lo antes mencionado, hace mucho tiempo que no disfrutaba cantar
versos anticristianos, y lo mejor de todo en ESPAÑOL. Las guturales en el idioma
de la Madre Tierra no se perciben risibles ni forzadas, al contrario todo
encaja armónicamente delante de esa máquina destructiva que es la
instrumentación, tanto que después de escuchar el disco uno se queda con esa
idea placentera de extrañar las épocas en la cuales tirar cristianos a los
leones era permitido.
Así de buena es esta producción.